CUATRO MARCAS Y UN CIENPIÉS

Desde el momento en que eres concebido la genética se impone llenándote de marcas. Se replican en ti, de tu madre y de tu padre, heredadas a su vez de antepasados milenarios ya perdidos.

Es la ley natural: marcar y replicar,conservar el molde.

Y es también tu deber reproducirlas estén como estén, sean como sean;

completas o incompletas,es el lenguaje existencial, es la ley, el mandamiento. Tampoco importa si funcionan o no, al fin de cuentas, son tus marcas, tus herencias impuestas, obligadas; nacer con ellas y reproducirlas textualmente en los que te han de seguir.

El pretexto es lo de menos … el amor. Y por propia voluntad te cuelgas otra marca

involuntaria, sutil, amenazante: “hasta que la muerte …”porque tu muerte también es una marca. Mueres marcado, porque tus marcas van contigo hasta convertirte en polvo.

Poco importa tu muerte si cumpliste con la historia de tus marcas y las grabaste en los que vienen tras de ti.

Tus marcas son eternas, injertadas a tu piel, delicada pared diseñada para imprimir la ley, el mandamiento. Quieran o no, los que vienen tras de ti llevan la herencia de las marcas sagradas.

-María Guadalupe Barrera Muñoz.

AUTOR:

Caín Torres