Vientos del Japón

RESEÑA

El 11 de marzo de 2011, un terremoto sin precedentes azotó la parte oriental de Japón y se produjo un gigantesco tsunami en las ciudades y pueblos de la región. El número de fallecidos llegó a casi 16 mil y el de personas desaparecidas supera los 2,500. Las plantas de energía atómica causaron derrumbes. La gente estaba desconcertada.

Han pasado 7 años desde entonces, las personas devastadas han recuperado una vez más su fuerza. Japón ha resurgido de los escombros totales. Fui testigo de la estética y la fuerza de los japoneses en ella, lo que me inspiró a crear la pieza “El Viento”.

Sin prisa... baila por los cielos, una gran ave, el ave Fénix. En la antigüedad la gente pensaba que era el ave consagrada al servicio de Dios y que su aleteo hacía que soplara el viento. Hay gente que pensaba que era como un Dios. ¡Qué idea tan romántica! Desde épocas remotas la gente ha vivido junto al viento. Sintiendo la voluntad de Dios, su vida se fue haciendo parte de la historia. El viento a veces lo sopla todo; otras viene a consolar las lágrimas de quienes a veces no les importa nada, y en otras se pierden en la tristeza. El viento que transporta los innumerables recuerdos de la gente. Tocados todos por este y trasladados por él, en el viaje de la vida.