- PÚBLICO: General
- INFORMES: (55) 3601 1000 ext. 68391
- Ir al sitio Web
Aprovechando el proceso de reorganización de la administración pública y de los mínimos requisitos pedidos por el gobierno federal para otorgar pensiones a los veteranos de la Revolución, hubo personas que la cobraban de manera indebida: falsas viudas y huérfanos; “veteranos” que nunca habían empuñado un arma, y otros vividores que causaban un grave daño al erario.
Al revisar los expedientes, los funcionarios de la Tesorería General de la Nación encontraron viudas que cobraban dos pensiones: una en la Ciudad de México y otra en el interior de la República; otras cobraban pensiones de diferentes “esposos”; soldados que habían militado en los ejércitos zapatistas y villistas, y que se hicieron pasar como constitucionalistas; civiles que nunca habían pertenecido al ejército, y otras irregularidades. Con la finalidad de poner orden en la retribución de pensiones, el 9 de julio de 1918 se informó que la Secretaría de Hacienda suspendería los pagos hasta revisar cada uno de los casos. Esta medida afectó el pago de pensiones a los veteranos de la guerra de Intervención Francesa (1862-1867), los veteranos de la revolución maderista (1910) y los veteranos de la revolución constitucionalista (1913-1914).