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El 26 de mayo de 1918 el diario El Demócrata, uno de los más influyentes del país, publicó una extensa editorial acerca del proyecto de reorganización y modernización del Ejército Mexicano. En la nota se subrayaba la necesidad de establecer el Servicio Militar Obligatorio, el Estado Mayor General Técnico, consolidar las Fábricas Nacionales de Armas y Proyectiles, ampliar la Marina y moralizar a las fuerzas armadas.
Algunas de esas reformas ya habían sido emprendidas por el gobierno de Carranza; las demás formaban parte del proyecto de reorganización del ejército que se estaba elaborando. La revolución había recuperado la mejor tradición de los ejércitos mexicanos, al terminar con las dictaduras de Porfirio Díaz y de Victoriano Huerta. El ejército revolucionario triunfante estaba compuesto por más de 125 mil hombres; sus generales se forjaron en los campos de batalla. Sin embargo, hacía falta una reorganización a fondo de las fuerzas armadas ya que la que tenían respondía a las necesidades de la revolución, pero tenía graves defectos, ya que no había una preparación militar adecuada.
