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El 30 de enero de 1918, el Juzgado Instructor Especial Militar, a cargo del general Francisco J. Enciso, negó la libertad bajo caución a Silvestre G. Mariscal, por los delitos de insubordinación grave ante la Secretaría de Guerra y Marina. Días después le fue dictado el acto de formal prisión para el ex gobernador de Guerrero, a quien el Senado de la República lo había sustituido por el general Andrés Figueroa.
Entre las razones para negarle la libertad bajo fianza, se señaló que se requería el tiempo necesario para la recopilación de pruebas, tanto de descargo como para demostrar su culpabilidad. El general Enciso consideró que la investigación llevaría un tiempo estimado de cinco años.
A mediados de 1919, Silvestre G. Mariscal obtuvo su libertad, gracias a la defensa hecha por su abogado Luis León Garza. Meses después tuvo la oportunidad de reafirmar su lealtad a Carranza al combatir la rebelión de Agua Prieta; perdió la vida en el poblado de Sinagua, Michoacán, el 31 de mayo de 1920.