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Al iniciar el año de 1918, el gobierno mexicano se acercó al estadunidense para intentar de nueva cuenta que autorizara la venta de alimentos a nuestro país. Para ello, el Presidente Carranza comisionó al subsecretario de Hacienda, Rafael Nieto, para que iniciara negociaciones con el Departamento de Estado.
Como un primer paso, fue presentado ante el secretario de Estado Robert T. Lansing.
Durante la breve entrevista que sostuvieron ambos funcionarios, el 25 de enero de 1918, Nieto solicitó al gobierno estadunidense la modificación de las leyes relativas a los embargos, en especial el de alimentos, debido a la urgente necesidad de llevar granos, especialmente maíz, a la población mexicana más vulnerable. El secretario Lansing le pidió al subsecretario Nieto iniciar las negociaciones con la Oficina Comercial de Guerra para tratar el asunto de la exportación de maíz hacia nuestro país.
A pesar de los esfuerzos de Nieto, el embargo alimentario por parte de Estados Unidos se mantuvo hasta el fin de la Primera Guerra Mundial.
