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Puebla, Puebla
En el México Antiguo, antes de la caída de Tenochtitlán en el año de 1521, las creencias en torno a la muerte eran variadas, incluían el tránsito a distintos niveles de existencia, por lo que el tratamiento del cuerpo “muerto” dependía en gran forma de la ocupación de la persona, de su edad, sexo, rango social y manera de muerte.
Algunos individuos eran incinerados, otros enterrados bajo sus casas, en templos y palacios, depositados dentro de cuevas, en vasijas, arrojados a ríos e, incluso, puestos a la intemperie para que los animales carroñeros se hicieran cargo pues se pensaba que las aves eran los mensajeros del sol y llevarían los despojos de los sacrificados a él.
Otros cuerpos eran tratados con extremada delicadeza pues se convertían en objetos de poder, en ancestros cuyas historias se contarían por generaciones, serían los Amos por Siempre.
Ponente: Ing. José Ramón Lozano Torres