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El 29 de julio de 1917, el general Álvaro Obregón apoyó la postura del presidente Carranza y declaró que México debía permanecer neutral en la Primera Guerra Mundial. Ante la polémica suscitada por el debate en la prensa mexicana y estadunidense, así como en el Congreso mexicano sobre la neutralidad, el general invicto de la Revolución se hizo eco de la opinión mayoritaria que consideraba que a nuestro país no le convenía ingresar a la guerra ni apoyar más activamente a los países aliados.
Asimismo, rechazó que México tuviera acercamiento con las potencias del Eje. Las declaraciones de Obregón, el militar con mayor influencia dentro del ejército mexicano, fortalecieron la postura del gobierno de Carranza ante la campaña antimexicana que se había intensificado en Estados Unidos. Contribuyeron también a aislar a la prensa, como El Universal, y a los diputados que empujaban por una declaratoria de guerra contra Alemania.
