Un actor se presenta para hacer un casting, en el que tendrá que convencer al director de casting (el público) de que él es el indicado para obtener el tan codiciado papel. Para eso se ha preparado toda su vida. No hay lugar a conmiseraciones ni a dudas. Finalmente, un actor debe adaptarse a lo que le pidan ¿no? ¿Hasta dónde está dispuesto a llegar para alcanzar su sueño? En escena un actor, una maleta, una silla y una cámara sobre un tripie integran este monólogo, el cual es un retrato crítico del proceso al que inevitablemente la mayoría de los actores se someten para obtener un trabajo y ganarse un lugar en la élite artística: el casting; que, al igual que cualquier otro proceso de selección laboral en cualquier otro gremio, empuja al individuo a valerse de todo tipo de recurso con tal de lograr el soñado éxito, en una sociedad donde el “éxito” define lo que vales y es fundamental para darle sentido a la existencia.