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La temporada de huracanes que azota el Golfo de México suele iniciar entre abril y mayo y termina en el mes de noviembre. Rara vez se presentaban fenómenos meteorológicos de esta magnitud fuera de esos meses. Sin embargo, de acuerdo a las crónicas, en las costas de Texas y Tamaulipas se registró un fuerte huracán a principios del mes de enero de 1918.
El huracán destruyó las casas pobres de Tampico e inundó la ciudad, así como los poblados de Nuevo Laredo y Laredo, Texas. El tradicional barrio de Doña Cecilia quedó prácticamente destruido. Por otro lado, un frente frío proveniente de los glaciales del Polo Norte provocó severas nevadas a las ciudades de Monterrey, Saltillo, Ciudad Victoria y San Luis Potosí, entre otros poblados, mayoritariamente fronterizos.
Los gobiernos locales solicitaron ayuda al presidente Venustiano Carranza para que fueran enviados medicamentos, alimentos y cobertores para ayudar a la población más necesitada.
