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El 12 de junio de 1918, la prensa nacional denunció que el vapor estadunidense North Fork llevó a Ensenada, Baja California, un cargamento de harina y otros productos de consumo. Posteriormente, la carga sería transportada a Mazatlán. Mientras se realizaba la descarga, el acorazado Yroquois de la Marina estadunidense atracó en el puerto y los soldados aprehendieron a toda la tripulación del North Fork.
Los productos fueron decomisados y la embarcación llevada a San Diego, California. Esta violación a la soberanía nacional fue repudiada por los comerciantes de Ensenada y Mazatlán, quienes se vieron duramente afectados por el decomiso de mercancías. El gobierno mexicano, a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores, envió una dura nota de protesta por el acto arbitrario de los marinos estadunidenses.
El gobierno de Estados Unidos ratificó las restricciones y subrayó que haría cumplir sus disposiciones por todos los medios posibles. La prohibición se mantuvo vigente durante casi todo 1918.